Recientemente empecé mi vigésimo tercer año trabajando como Coach Ejecutivo. Mi objetivo declarado con cada cliente es ayudarles a obtener mejores resultados al convertirse en mejores líderes.

Hago mi trabajo escuchando atentamente lo que ellos tienen que decir para asegurarme de que entiendo sus retos. Los ayudo al abrirles los ojos a diferentes perspectivas, teorías y modelos de desempeño. Ellos seleccionan su propio curso de acción.

Si eres un Coach, colega de trabajo, compañero de equipo o miembro de una pareja, aquí hay algunos pasos clave para ayudarte a conectar con otros para ayudarles a analizar sus situaciones y desarrollar potenciales soluciones cuando te lo piden. Ten en cuenta que cada uno involucra un tipo diferente de escucha:

1. Escucha para comprender.
Asegúrate de tener el contexto correcto del tema o enfoque del diálogo. Esto puede ayudarte a entender porqué todo esto es importante.

2. Escucha para “leer entre líneas”.
Siempre que sea posible, pide a otros sus ideas, opiniones y descripciones de la situación.

Hago mi mejor esfuerzo para entender las culturas y principios de operación de las organizaciones de mis clientes para así poder ofrecer mi mejor y más puntual consejo. No estoy limitado por el “ruido” con el que tienen que lidiar en su puesto actual. Sus hábitos, experiencias, realidades organizacionales y culturales y riesgos siempre guían nuestro enfoque.

3. Escucha activamente sus comentarios.
Haz preguntas para clarificar en el transcurso – quién, qué, dónde, cuándo, por qué y cómo – pero solo para clarificar, no para interrogar o juzgar.

4. Escucha para captar ideas aisladas.
Mantén la discusión enfocada. Otras áreas pueden aparecer pero guárdalas para considerarlas más tarde y mantenerte enfocado en el problema en cuestión.

5. Escucha con el corazón y la cabeza.
No ofrezcas recomendaciones/consejo hasta que sientas que has hecho un buen trabajo clarificando la situación.

El Centro para el Liderazgo Creativo usa el modelo S.C.I. para clarificar. Estas siglas significan:

SITUACIÓN: una descripción concisa de la situación en cuestión;
COMPORTAMIENTO(S): un comportamiento específico que te afecta a ti y/o a la organización;
IMPACTO(S): el impacto en ti, tu equipo, y/o el negocio.
Esta descripción asegura un buen planteamiento del problema.

6. Escucha para desarrollar soluciones.
Cuando el problema haya sido clarificado, empieza a desarrollar posibles soluciones. Escríbelas y afina la descripción de cada una.

7. Escucha los patrones de pensamiento que se están presentando.
Mantente atento para reconocer patrones. Es imperativo para nosotros el tomar decisiones rápidas e informadas pero si decidimos demasiado rápido, podemos perder otras opciones mejores para resolver el problema.

Siempre es mejor preguntarse si el patrón que creemos estar reconociendo es realmente en el que queremos enfocarnos.

8. Escucha la sabiduría de tus sugerencias.
Llega a un acuerdo acerca de qué hacer. Si no puedes alcanzar el acuerdo y el problema no es crítico para la misión, toma un tiempo para reflexionar y después vuelvan a reunirse.

El consenso total es raramente posible en los ambientes acelerados en los que vivimos. Prepárate para considerar varias soluciones y ayudarles a seleccionar una que parezca ser la mejor en ese momento.

9. Escucha las respuestas que has solicitado.
Confirma tus acuerdos por escrito y comunícalos a todos los que deban saberlos.

Pregúntate:

¿Estoy seguro de que entiendo la situación del otro tan a fondo como sea posible antes de buscar cualquier resolución de problemas con ellos?
Cuando alguien ha decidido la manera de resolver un problema actual, ¿se toman una cantidad adecuada de tiempo para pensar cómo comunicarán su decisión?
¿Establecen un calendario para revisar la efectividad de la solución que adoptaron y obtener el aprendizaje que puedan?

 

 

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Fuente:   executivecoachingconcepts.com | Por  Willy Steiner.